Una vez que el cliente o stakeholder solicite un proyecto, lo primero que debemos elaborar es el plan estratégico que se adecue más al negocio, para esto debemos comprender la misión, visión, metas, objetivos y la situación actual con la finalidad de definir y alinear los requerimientos hacia el éxito del proyecto y partiendo desde una base sólida.

El siguiente paso es comprender los requisitos técnicos del proyecto y su viabilidad. Cada pieza de software, ya sea una aplicación, un rediseño del sitio web o una nueva función, debe resolver el requerimiento del cliente.

A medida que avancemos la fase de planificación, debemos realizar reuniones o brainstorming para recolectar los detalles específicos del proyecto.

Una vez que el equipo obtiene la información necesaria, podemos comenzar a definir los requisitos técnicos, los términos de prueba, fases y la tecnología que más se ajuste al cliente. En esta fase también podemos comenzar la planificación del sprint (si estamos utilizando un proceso ágil) o dividir las tareas grandes en pasos más procesables.

Con los requisitos establecidos, es hora de comenzar a diseñar, cómo se verá el software y cómo funcionará. No estamos hablando de estética aquí, sino de funcionalidad y flujo.
Es hora que los expertos en UX/UI desarrollen los bocetos y flujos que resuelvan los requerimientos anteriormente definidos. Teniendo como prioridad experiencia de uso y satisfacción del usuario.

Dependiendo del proceso de desarrollo que usemos, podemos definir sprints con tramas simples para mostrar cómo funcionarán las interacciones en el software, o crear prototipos completos que emulen el comportamiento del producto final.

Alternativamente, podemos utilizar la información recolectada del feedback para mejorar el diseño, una característica o idea.

Con los requerimientos y diseños ya definidos, es hora de darle vida. Esta fase es obviamente la etapa más difícil y potencialmente más riesgosa. Sin embargo, ya sea que estemos trabajando en Sprints ágiles o utilizando el método de cascada más tradicional, tenga la confianza que podremos desarrollar cualquier característica o función definida en los diseños, ya que contamos con desarrolladores full stack altamente capacitados.

Una vez tengamos un prototipo funcional, realizamos diferentes tipos de pruebas adecuadas a la solución informática, tecnología y metodología usada. Algunas automáticas y otras emulando entornos reales, de tal manera que rastreamos y reparamos errores. Sim embargo, a pesar del esfuerzo anterior puede presentarse errores en pruebas con el cliente, siendo el caso son solucionadas de manera inmediatamente.

Con el trabajo pesado realizado es hora de lanzar la solución informática. De lo que estamos hablando es pasar el código a producción, no presentar o implementar una estrategia de lanzamiento al mercado (esto depende más de sus equipos de ventas y marketing).

Los requisitos y las necesidades del cliente siempre están evolucionando. Y a medida que los usuarios comienzan a usar la solución informática, indudablemente solicitarán más o diferentes funcionalidades. (Sin mencionar el mantenimiento básico y el mantenimiento de su software para garantizar el tiempo de actividad y la satisfacción del cliente).

Todas estas solicitudes deben regresar a la lista de tareas pendientes que se presupuestara y desarrollara en una segunda fase.